martes, 1 de diciembre de 2009

La belleza de la diferencia







Habría optado por llamar a esta entrada: El que no se consuela es porque no quiere, o cómo el mundo puede ser el mismo si lo miras con distintas gafas y diferente cuando lo observas con la misma.
De no ser porque era pelín largo.
No sé si me explico...

El caso es que me hace gracia pensar, al ver estos dibujos hechos ha, que ya apenas si hago dibujos raros.
Y me hace gracia porque he asumido con una naturalidad pasmosa mis dibujos de caracoles bomberos o los de los brazos con dos brazos, cuando un poquito de abstracción tienen, a qué negarlo.

Por eso, en comparación, cualquier dibujito abstracto o menos referencial pasa por extraño a mis ojos y no sé muy bien dónde ubicarlo.
Y aun así me siguen haciendo gracia...

Estos de hoy me recuerdan a cómo me han fascinado siempre los "encuentra las seis diferencias" de los pasatiempos que venían en los periódicos o revistas.
De algún extraño modo, no puedo explicarlo mejor, potenció una innata curiosidad por observarlo todo y observarlo bien.

En este juego de igualdades y diferencias, de bienvenidas y adioses, de alfiles y torres no termino de aclararme, pero me da que -mucho se tiene que torcer- para que no haya ni una igual a otra.

O tal vez sí, quién lo sabe...