jueves, 24 de diciembre de 2009

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que el mundo no es redondo sino plano (edición especial II)



Estamos de vacaciones y nada mejor que empezarlas con un libro.
Si además coincide que Paul Auster y Haruki Murakami tienen estrenos editoriales la cosa se pone interesante.
Por una cuestión más sentimental que literaria decido empezar por Murakami, por ese libro antiguo pero recién editado llamado "El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas".

Y no llevo ni cuatro páginas cuando me encuentro con este párrafo.
Como para no hacer una edición especial del mundo plano.
Estoy contigo, Haruki.
Una mesa de café.

"Decidamos, por ejemplo, que la Tierra no es un cuerpo esférico sino una enorme mesa de café. ¿Nos causa eso algún inconveniente en el plano de la vida cotidiana? Evidentemente, éste es un caso extremo y no se trata de ir cambiándolo todo a nuestro capricho. Sin embargo, la concepción arbitraria según la cual la Tierra es una enorme mesa de café eliminaría de un plumazo la infinidad de pequeños problemas -sin ir más lejos, la fuerza de la gravedad, las líneas de demarcación horaria o el ecuador, entre otras futilidades- derivados de la condición esférica del globo terráqueo. Porque, a una persona normal y corriente, ¿cuántas veces va a preocuparle a lo largo de su vida la línea del ecuador?
Por ese motivo intento, en la medida de lo posible, tomarme las cosas como me convienen. Lo que yo pienso es que el mundo está constituido de forma que contiene varias -o, para decirlo sin ambages, infinitas- posibilidades. Y la elección entre éstas reside, hasta cierto punto, en cada uno de los individuos que lo componen. Lo que llamamos "mundo" es una enorme mesa de café producto de un compendio de posibilidades."