Amor, frijoles negros y chapapote.
La oscuridad siempre nos amenaza y nos impone, pero yo no me arrugo y al colocarme delante de ella le proyecto, orgulloso, toda mi sombra.
Mientras tanto los pájaros vuelan, en bandada y desbandada, sumergiéndonos en la más densa de las tinieblas, ingenuos y huidizos como son.
No sé si decirles que se dirijan a la luz, que uno nunca sabe.