lunes, 18 de octubre de 2010

Viaje a Brasil II















Los viajes están siempre, de una manera u otra, presentes.
Presentes cuando los añoras, presentes cuando los necesitas, presentes cuando los recuerdas, presentes cuando cierras la maleta y hueles antes de coger el taxi el aire de los aeropuertos.

Pero enfrentarte a las fotografías siempre es recordar.
Que si aquel día, que menudo sol, que vaya cansancio.
Recordar el rostro en una calle, el cielo de un paisaje, la majestuosidad de un momento, el ruido de la capital o el olor a lluvia recién terminada.
La noche, una cerveza, o el césped.

En Brasil se da, además, la circunstancia de la inmensidad, de lo heterogéneo, de la variedad de su gente, sus paisajes, su clima.
Por eso estas imágenes, estos recuerdos, forman un batiburrillo.
Porque son espejo de aquellos días, de aquel viaje.

Los viajes -ya lo he dicho- están siempre, de una manera u otra, presentes.
Pero es que Brasil, cómo si no, si hace tan poquito...