El rojo con el amarillo da el naranja.
Pero la vida no es en RGB.
La vida es más una cuatricomía en papel couché.
Así, mientras espera la caricia de un plotter, el coche a vapor continúa afeitando colores, dejándose llover por él mismo después de tratar de morderse la cola para acabar en un fundido exponencial que nos lleva, una semana más, a la monocromía.