De gusanos, raquetas de tenis, agencias de viaje y miradas está lleno el mundo de los pájaros.
Ellos vuelan o se quedan, te miran o te ignoran.
Saben muchas más cosas que tú aunque no sepas cuales.
Pero están ahí.
Ahora que han vuelto se duermen en cada esquina y te sorprenden al cruzar un paso de cebra, al beber del tirón un gran zumo de naranja.
Y piensas en cosas que callas, no te vayan a leer el pensamiento a picotazos.