Vamos acabando, o no.
Me había prometido incluir diez entradas por viajes, aunque por qué no podrían ser doce. Nunca se sabe.
Malí sigue siendo la tierra estéril y el alma intensa, el calor que nos rodea a cada instante.
Buceo de nuevo por las carpetas de RAWs almacenados y recorro con la mirada los caminos y paisajes que se abren a mi mente.
Ese es el verdadero poder de la fotografía.
La evocación del tiempo vivido, el resurgimiento de las horas muertas, encontrarse de nuevo con el calor de la gente, con la irrealidad de las mezquitas-hormiguero o con la vida que se abre paso a golpe de carrera y risa.
África es inmensa.
África es inabarcable, plural, ecléctica, y e infinita. África no es una ni simplificable.
Imposible resumirla o aproximarse con estas gotas en el océano.
Ni diez ni doce.
África merecería toda una vida, pero no da, claro.
Y también nos gusta por eso...