domingo, 14 de febrero de 2010

Mañana empiezo XXXXVIII







Estamos de carnaval, y ya podría haberme disfrazado un poco...

Pero no.
Me conformo en transformar al lápiz en mariposa y a la luna en flexo. 
La hoja en blanco pasa de ser un inocente folio doctor Jeckyll a convertirse con apenas un roce en un indómito Mr. Hyde.
Aunque no da miedo.

Luego tenemos a la bombilla, que por mucho que quisiera no puede dar más luz que los ya consabidos 60 W.
Lo mismo podemos decir de la mano que, aunque que se disfrace, siempre le veremos su cara de poquísima vergüenza iluminada tras el maquillaje.

Claro que si no pagamos las facturas, no hay nada que hacer.
Entonces, me sobraría carnaval...