domingo, 7 de febrero de 2010

Mañana empiezo XXXXVII







Seguimos dibujando lo no dibujado, hasta hartarnos si hace falta...

Hoy me complace echar la vista atrás y releer tiras antiguas de "Mañana empiezo" como si nunca las hubiese dibujado.
Como si fuesen de otro.
Es verdad que de la multitud de cajones perdidos y rincones olvidados surge de vez en cuando la sorpresa de descubrir algo que has hecho y que no reconoces como tuyo.
Si encima aquello de lo que no te acordabas te gusta y hace que te sientas satisfecho, la alegría es doble.

No es tanto orgullo como un "¿a mí se me ocurrió esto?" lo que me asalta releyendo tiras de hace más de seis meses.
Y una pequeña sonrisa, mitad complicidad, mitad "menuda cabeza", que me lo dice todo.

Un futuro poco halagüeño, la mano inconsciente que regaña, un saludo y un adiós, la bombilla verde esperanza, líneas paralelas y enfadadas de por vida mezcladas con un carnaval que todo lo engulle.

En esas estamos.