162) Porque Edward Norwest, escocés por parte de madre y de padre desconocido, se dejó la apisonadora de la Mutual Action Corporation encendida durante cuatro siglos y medio, y claro, para cuando se quiso dar cuenta la cosa se había ido aplanando y aplanando y aplanando. Ya me entendéis.
Curiosamente aquella factura de la luz no la pagó ni la Mutual ni el despistado de Edward, que murió de un infarto al día siguiente de percatarse de tamaño desliz, con lo lozano que se había conservado los cinco siglos anteriores el muy jodido.
Así que la cuantía total equivalente a unos 458.635 dólares de los de entonces, ha sido heredada forzosamente por los descendientes del escocés mendrugo, cuidándose mucho eso sí de ir por ahí dejándose las luces encendidas.
No vayamos a liarla...
163) Porque es un contrapunto lógico creado por la madre naturaleza a esa querencia universalmente extendida entre la prole masculina a echar tripa.
El aumento exponencial de la barriga masculina a medida que avanza en edad y desengaños no es si no prueba del equilibrio genérico que puebla el universo.
Mundo plano, barriga redonda.
Y así, ad eternum...
164) Porque Pocoyó, poco tú y poco más que añadir a la planicie infinita...
165) Porque si no, no tendría sentido hacer la comunión. ¿Hay algo más plano (aparte del mundo) que hacer la comunión?
Desengañaos, en una tierra redonda u esférica nadie la haría.
Así que el día que desaparezca hablamos.
166) Porque la tierra, al igual que la vida, al igual que una canción de Frank Zero o al igual que las lentejas, es finita.
La Tierra, como la vida, empieza y acaba.
Y punto.
Este: .
167) Porque fui, soy y seré por siempre un hombre bidimensional.
Somos imagen, somos representación.
Somos soporte y sintaxis visual, mucha sintaxis visual, pero somos soporte, y el soporte, no nos engañemos, es plano de cojones.
168) ¿Os rendís?