jueves, 19 de noviembre de 2009

De bomberos XVI



Hoy andaban de juegos, peleas, chantajes y mosqueo.
Los bomberos y la vida, la vida y los bomberos.

A pesar de todos los piques, los bomberos nunca le dan a espalda a la vida.
Ellos, tan tan dignos como si llevasen una chaqueta rosa de H&M, si acaso no le muestran a la vida su rostro tal y como es, porque les pasa un no sé qué por el cuerpo que prefieren mirar las flores de la terraza (que si un pétalo, que si la tierra aplastada).
La vida se enfada pero nada dice.

En el antiguo Egipto de los faraones no había bomberos, eso todo el mundo lo sabe.
Y así están ahora ellos, revolviéndose en sus sarcófagos, enterrados en arena y oro tras las piedras de unas pirámides grotescas, pensando en lo mal que lo hicieron, en que podían haber sido ellos quienes inventaran a los bomberos, y que se les pasó por no haber leído el Teleprograma a tiempo.
Y eso los bomberos lo usan de ejemplo.
Todo el tiempo.

A pesar de todo los bomberos no le dan la espalda a la vida.
Los bomberos saltan, se ríen, mienten o hacen derivadas de cara a su propio reflejo.
La vida no les ve -tan rápidos, tan astutos- y se mosquea un poco hasta la hora de las pastas.

Hoy ha venido Félix, con la llave inglesa que se había perdido, y la vida estaba de un humor de perros.

Los bomberos se andaban riendo a mandíbula flotante.
Menos mal que aunque no le den la espalda, los bomberos sí que les esconden el rostro.
Al final no ha llovido y todos tan contentos.
Las flores del jardín protestaron un poco hasta la llegada de la avispa.
Los bomberos han terminado la afrenta mirando cara cara a la vida y esta les ha devuelto el favor llamando a la luna, alquilando una peli y poniendo dos euros para las pipas. Como siempre nadie fue a comprarlas.

Hoy andaban de juegos, peleas, chantajes y mosqueo.
Los bomberos y la vida, la vida y los bomberos.
Pero no ha durado ná...