miércoles, 25 de noviembre de 2009

Bartolomé concretando















Ya como quien dice he terminado mi nuevo cortometraje, a la espera de pulir pequeños detalles de tiempos, montaje y sonido, y definitivamente se llamará "Bartolomé concretando".

Transcurre en el metro, con mucho multiplano y una voz en off que nos acompaña, y...hasta aquí puedo leer.
Es difícil calcular cuánto me ha llevado terminarlo, pues uno va haciendo las cosas -sobre todo al principio- de un modo bastante caótico y deslavazado, con ideas que se rechazan y se retoman y se vuelven a rechazar, hasta que Cortos de Vista llama a tu puerta, y entonces decides que o te pones en serio o no hay manera.
El último mes y medio ha terminado siendo de un trabajo bastante intensivo (compaginado con las clases, con el blog y con los quehaceres cotidianos, claro) al que ahora se le pone punto y final, a la espera de una última relectura, que posiblemente será la penúltima.

En este punto es muy difícil -por no decir imposible- afirmar si el corto me gusta o no, si me parece mejor o peor que otros, si tiene más o menos vergüenza, y poder situarlo en su justa medida.
Será necesario el paso de unos cuantos días para que un ligero distanciamiento me permita enfrentarme a él con algo más de objetividad. 

Sí que puedo decir que como todos los que he hecho hasta ahora lo he disfrutado (me gusta dibujar y aunque poco siempre se dibuja bastante), y que me he abierto a un mundo que a partir de ahora espero -con más tiempo, con más dedicación y esfuerzo- que pueda sacarle el máximo provecho.
Son variados los proyectos que bucean en mi cabeza, y como ya he comentado en alguna ocasión, este corto me ha permitido experimentar soluciones que tengo la intención de desarrollar en futuros trabajos.

Soy bastante consciente de que una historia de animación, para hacerla bien, requiere un tiempo, una dedicación (unas habilidades técnicas) y un esfuerzo que definitivamente no tengo, pero las ganas de contar, de experimentar y de tirar para delante pueden con todo.

En este caso sigue siendo más una historia con dibujos que un cortometraje de animación, pero es que cómo hacerlo si no.
Al final lo he simplificado bastante -no me quedaba otra- y poco le faltará para llegar a los cuatro minutos. 
No es mal tiempo.

Ahora dejo descansar a Bartolomé en el metro, mientras concreta o no concreta, para retomarlo mañana con unos ojos descansados que me dejen ver el bosque.

Esperemos que haya hojas...