lunes, 26 de septiembre de 2011

Livianas manchas de agua inquieta











Tan sencillo como se muestra.
Aguas lanzadas al cielo en busca de un infinito que no existe.
Aguas que caen pero antes se detienen, en mitad de la nada, sobre el azul intenso.

Vuelvo al agua sin saber.
Me fascinan esas manchas de tinta blanca sobre la cartulina canson, aerógrafo disperso olvidado en una esquina.
Y es la fuente la que mancha el fondo, es el aspersor que se cree invencible allá donde no se frena, donde todo se vuelve liviano.

Tan sencillo como una fuente: agua, mar y cielo.
Y la mirada quieta.