Debería estar leyendo un libro.
Y aun así me sumerjo en los contraluces de las plantas, siempre las plantas.
Escondidas en los rincones de casa, con el alma a media luz y los pasillos a oscuras, surge el verde intenso y negro de esas plantas que se enrocan entre estanterías.
Debería estar leyendo un libro, y las fotografías me atrapan con sus ángulos, su soledad indescifrable.
Aunque siempre haya tiempo, detrás de las imágenes, para encontrarse con una historia que nos lleve al sueño.
Tras las plantas los libros, tras los libros el sueño.