Paso el fin de semana entre viajes a Saturno y cine clubs pseudo intelectuales que proyectan "Los bingueros".
Miro mi esbelta figura en un espejo y me escondo consecuentemente cual avestruz.
Termina el verano pero el calor no se va.
Una de dos, o la poca vergüenza es cuestión de insolaciones, o es de nacimiento.
Yo apostaría por la segunda.
No perdería.