lunes, 1 de julio de 2013

Viaje a Brasil (habitaciones de hotel) y XI








Viéndolas ahora todas juntas, puedo decir que las habitaciones por las que pasé en mi viaje a Brasil son reflejo de la variedad y el contraste que ofrece un país como este.
Desde las más asépticas de Río y Sao Paulo, a la más sencilla de Paraty, pasando por el encanto de la de Ouro Petro o la majestuosa simpleza y luminosidad del Hostal Laranjeiras, de Salvador de Bahía.
Cada una con un aire diferente que respirar, y que servían igualmente como descanso en el camino.

Recuerdo ahora también que en aquel viaje escribí mucho. Pequeños cuadernos que regresaron llenos de apuntes inconexos, pero que me mantenían despierto en la cama del hotel más allá de lo deseable para quien madruga en busca de mercados y plazas.
Y estas estancias son testigo.

Son reflejo también, estas habitaciones que muestro, de un viaje que acaba y de uno nuevo que comienza.
Así son reflejo, no nos engañemos, estas fotografías hechas y las que quedan por hacer, las que me esperan en el fondo de una maleta que no termina todavía de estar hecha.