martes, 24 de abril de 2012

Pájaros XCIX





















Y si el hogar son unos pequeños palos de madera engarzados con cariño, no habrá lobo que sople y lo derribe.
Aunque siempre nos quede la posibilidad de extender las alas y salir volando, a Londres o Lucena, de cama en cama, de nido en nido.