domingo, 22 de abril de 2012

Mañana empiezo CXXXIV























El día que de veras dibuje no me cortaré el bigote, pues estaré, claro, dibujando...
A veces la mano no es tan clarividente como uno mismo, y ocurre que el lápiz se hunde por su propio peso. Entonces el eco del domingo se acaba, y yo no sé si volverme blanco o transparente.