sábado, 31 de octubre de 2009

Mañana empiezo XXXV







Bordeo lo límites, esos...
(sabréis perdonadme, es que estoy de puente...)

viernes, 30 de octubre de 2009

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que el mundo no es redondo sino plano X


064) Porque la tierra no sólo es plana sino que encima está sostenida por tres elefantes.
Bueno encima no, debajo.

065) Porque no nos engañemos, seamos honestos con nosotros mismos y con nuestros antepasados: Llevamos tropecientos siglos de historia y son tropecientas más una las guerras que hemos ido haciendo.
Amigos, si a la tierra -que no, pero bueno- le hubiera dado por ser esférica, a estas alturas ya la habríamos alisado.

066) Porque en 1606, año en que Galileo construye su primer telescopio (noticia real) él y dos de sus amigos caen enfermos el mismo día de una misma enfermedad contagiosa...
¿Seguís creyendo en su palabra...?

067) Porque a Yuhibeck Rstraik, afamado cirujano interestelar que se anuncia en la revista "Ahora, nunca o siempre" no le dio la gana de hacerle un lifting esférico, y eso que la pobre Tierra estuvo siete horas esperando en la salita de su clínica con el número 45 en la mano.
Ya no volvió más, quién puede reprocharle...

068) Porque la música amansa las fieras y allana las praderas.

069) Porque ese tal Galileo, aparte de hombre de poco fiar, siempre estaba pensando en las estrellas...
¡Un poco de seriedad por Dios!

070) Porque si la Tierra fuese redonda y girase (trabajo reconocido y recogido en el Real Decreto 048 barra 2) tendría derecho a veinte días de libre disposición y a pararse cuando quisiese durante los domingos, Semana Santa y Navidad, según el convenio colectivo.
¡Menos mal que es plana...!

jueves, 29 de octubre de 2009

El peor solo de guitarra de la historia (introducción)



Fallaron todos los resortes...
Saltaron todas las alarmas, se encendieron todos los pilotos, sonaron todas las sirenas, se activaron todos los avisos de "¡no, no!", pero no ha habido manera...

No ha habido manera. 
Me he ido conteniendo, me lo había prohibido, lo he estado evitando, pero no. 
Ha llegado la hora de enfrentarse cara a cara con mis propios fantasmas y he salido como justo perdedor. 
Bien es cierto que no había vencedor posible.

Nunca la poca es vergüenza es poca.

Y yo que pensaba que no había fronteras que cruzar, que ya no había límites que saltar o barreras que romper.
Pero no.
El desastre se consuma y esta entrada es ya un "no hay vuelta atrás".

La peor vergüenza ajena es la propia. 

Hacía mucho que no retomaba estas entradas de "Lo peor de mi vida", y no sé si estoy preparado para tamaña afrenta conmigo mismo (lo estoy, no lo dudéis, esto es puro teatro sí, pero qué duro...).
Tragaré este sapo para buscar una reconciliación imposible con mi pasado más oscuro.

Será el miércoles 4 de noviembre.
¿No podría ser después?
 
Ya está dicho.
Hasta muestro del tirón la fotografía de la ignominia, porque el video será -no os quepa duda- infinitamente peor.
Paciencia.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Pájaros XV









Han vuelto los pájaros.
Al menos han vuelto en su ausencia...

El amor está lleno de ausencias, (aunque no tan claras como las de la semana pasada), y a veces incluso más dolorosas que el vacío. 
Los pájaros aparecidos, los pájaros huidos, los pájaros abandonados y los que nos abandonan. 
Todos conforman esta ventana de recuerdos y nostalgia que son estas tiras retomadas.

Hay que saber reírse de uno mismo o al menos intentarlo.
Hay que sentarse en la terraza y mirar al mar, y completar la noche con estrellas.

Los dibujos aparecen entonces en forma de pájaros, en forma de escopetazos, en forma de estrellas o de coche de bomberos (que se presenta aquí, casi de tapadillo, y cómo nos gusta).

Los dibujos aparecen entonces para completar la noche y ahuyentar las ausencias.
Tampoco es poco.

martes, 27 de octubre de 2009

Lo que queda de los cursos


En este sencillo audiovisual os muestro simplemente parte de la obra de los alumnos de la Escuela de Arte "Miguel Marmolejo" de Melilla.
No lo recuerdo muy bien, pero creo que fue hace tres años cuando lo realicé, por tanto la promoción de los alumnos implicados -los que realizaron los dibujos, esculturas y serigrafías que veis- sería la de un año anterior.

No me compliqué mucho, es cierto, y me dejé llevar solamente por la música. 
Esta es -a mi modesto modo de ver- una demostración de que un buen audiovisual (sobre todo los de este tipo, de imagen fija) depende crucialmente de la elección del tema musical.
Es lo que marcará el ritmo, el espíritu y el tempo de la obra.
Con ajustar la imagen a los cambios de ritmo es suficiente para que el audiovisual funcione.

La utilización del negro -sin imágenes- intercaladas en el video suele ser muy atractiva visualmente para que la atención del espectador no decaiga, y el resto se solventa con cambios por corte y leves transiciones.
No tiene más.
Tampoco creo que lo necesite.

Ya sé que no suelo complicarme la vida, pero en los siguientes audiovisuales sí que lo haré.
I promise...

lunes, 26 de octubre de 2009

Viaje a Vietnam IV















De nuevo me subo en el avión, de nuevo duermo en los hoteles y me paseo por las calles. 
De nuevo miro los rostros de la gente, de nuevo el mar, la ciudad, el teatro y los paisajes vuelven a ser cómplices de mis días.
Con sólo una mirada.
Con sólo revolver las carpetas de archivos de aquel tiempo en que todo eso ocurrió de verdad.
Las imágenes me transportan y el aire ya no huele igual. Cambia el paso del tiempo y el orden de las cosas.

De nuevo me subo al avión y mi cabeza vuela.

El poder de sugerencia de una fotografía es difícilmente superable. Cuando eres tú el que la ha tomado, ese instante capturado vuelve doblemente a tus ojos y a tu espíritu. Tú estuviste allí, delante de esa imagen, igual que lo estás ahora, a miles de kilómetros de distancia o a sólo un par de palmos.

Eso sentía esta tarde noche mientras rebuscaba entre las imágenes del viaje a Vietnam de este verano.
Estuve durmiendo en un barco en la bahía de Halong, miraba a las madres hmong en los mercados de Sapa, danzaban espléndidas las marionetas en el agua y los farolillos de Hoi Ann iluminaban la noche.

Sí. 
Volví una vez más a vivirlo, a revivirlo todo gracias a las fotografías.
Me subí al avión, hacía calor.
Y aterricé en Hanoi.

domingo, 25 de octubre de 2009

Mañana empiezo XXXIV







Ay, yo qué sé...

Queda la incógnita, sí, incluso para mí.
No tengo claro si ese rastro negro en mitad del cielo es o no es una línea, es o no un dibujo.
Lo que sí tengo claro es que me da igual.

Había pensado que podía ser una buena forma de acabar, la mano dibuja y yo me retiro, pero no será así.
No acabará así. 
Al menos hoy.

Algún día me tendré que tomar un descanso en este semanal contacto con la nada, pero ni será hoy, ni la semana que viene, ni la otra.
La semana que viene tendremos una edición especial que responderá -a mi manera- a la pregunta de qué era ese rastro en el cielo.
Y en dos semanas recuperaremos el ritmo habitual.

"Mañana empiezo" me acompaña desde el principio y el día que baje el ritmo de este blog -que todo llegará- quizá sea el momento propio para un descanso, un paréntesis, un relevo.
No importa tanto, claro.
Es sólo tiempo robado al tiempo.

Me gusta mirar el mar, y eso sí que no acabará nunca.
Eso sí es importante.
Y queda para mí.

sábado, 24 de octubre de 2009

Los pájaros desaparecidos









Los pájaros que desaparecieron el miércoles de mis viñetas estaban escondidos con forma de dibujo en mis cajones más profundos.

Eran pájaros desierto, con líneas temblorosas, pájaros cinco, pájaros que bailan entre tempera.
Estaban escondidos sin querer volar, dormitando en un tiempo olvidado entre la oscuridad y la búsqueda azarosa de unos papeles inexistentes. Escondidos de sí mismos.

Los pájaros que desaparecieron de mis viñetas desaparecieron hace ya mucho tiempo. 
Quizá sean los de los cajones, quizá no.
 
Los pájaros desaparecidos dejaron su rastro en mi espíritu en forma de recuerdos.
Quizá fueron siempre recuerdos.

Los pájaros de los cajones (y no hagáis chistes), a su manera, también estaban desaparecidos: escondidos, agazapados y dormitando su tinta a la espera de un imposible despegue que no llega. 
Que nunca llega.

Pero los pájaros de sueños y recuerdos nunca desaparecen.
Los pájaros de recuerdo y sueños viajan siempre conmigo aunque su presencia sólo se haga patente en determinadas ocasiones.
Sí.
Los pájaros desaparecidos son el Guadiana de mis días.
 

viernes, 23 de octubre de 2009

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que el mundo no es redondo sino plano IX



057) Porque la música amansa a las fieras y allana las praderas

058) Porque el 22 de noviembre (noticia real) de 1633, en el convento dominicano de Santa María sopra Minerva (en Roma) se emitió la sentencia que condenaba de por vida a Galileo Galilei a prisión, y como buenos ciudadanos que somos hay que acatar y respetar las sentencias judiciales.

059) Porque los suspiros dilatan la supuesta densidad neutra de las ondas nanométricas de la luz que se quedan infinitésimamente suspendidas en el angosto aire...y todo lo aplanan, claro.

060) Porque con añadir dos letras a "culo" ya te sale "plano" (menudo cuesco).

061) Porque las lonchas de mortadela son un calco igualito a la tierra, sólo que más finas, más baratas, más rosadas y más saladas.
Igualito, igualito.

062) Porque mi amigo imaginario siempre repite dos frases : "Mata a todos" y "El mundo es plano".

063) Porque Richard Bayleys, conocido physician del siglo XVIII, allá por 1778, un año después de que muriese su primera mujer y justo antes de casarse con Charlotte Barclay, iba dándose un paseo con la cabeza perdida y los pensamientos tristes y llegó allí, al fin del mundo, donde la tierra acaba y solo queda una abrumadora nada que hiela la sangre del más caliente de los mortales.

P.D. Y menos mal que no le dio por mirar para abajo, ¿verdad Charlotte?

jueves, 22 de octubre de 2009

Dibujando el porvenir









Estos dibujitos corresponden a signos del zodiaco adaptados o con un cierto cariz viajero y trotamundos.

Fue un encargo de la revista "Viajar" del Grupo Z (un clásico ya de las revistas de viajes) y fueron los primeros dibujos míos que se publicaban en una revista con tirada nacional.
Siempre me hizo gracia el no saber muy bien por qué -el azar, la suerte, lo inescrutable- acabas en esos pequeños huecos que no se cubren y en los que más o menos encajas a tu manera.
¡Con lo poco maleable que soy para adaptarme a lo que me piden...!

Pero las circunstancias te llevan y no hay desde luego motivo de queja, que siempre me ha gustado dibujar, ya sean coches de bomberos, ya sea un horóscopo viajero o el rostro impenetrable de La niña de los Peines, y oportunidades así (estuve dibujando sobre todo mapas e itinerarios para dicha revista) son un lujo sin duda, una gozada.

Y es que el porvenir -de eso trata la historia- nunca está escrito (y menos en una página mensual) aunque nos guste leerlo y nos creamos sobre todo lo bueno.

El destino, quizá el azar, acabó por llevarme hacia otros derroteros, igualmente impagables...

miércoles, 21 de octubre de 2009

Las consecuencias del amor (Cines Princesa)



Suelo preguntar a la gente: "¿Has visto las consecuencias del amor?", "No, pero las conozco" me responden.
Chiste fácil, sí, pero es que uno se lo pone a huevo...

Aún así no dejo de recomendarla.
Me gusta.
Me gusta mucho.
Ha sido probablemente la última película que me ha sorprendido en una sala de cine -que me sorprendió de verdad- en el momento en que la vi.

Es cierto que cada vez es más difícil. 
Uno lleva ya muchas (no quiero escribir demasiadas) películas a sus espaldas y conoces directores, guionistas, actores, historias que se repiten, aparte de lo que lees, de lo que te dicen, de lo que escuchas.
Hay un exceso de información, y cuando te gusta algo, cuando te metes en algo, cuando estás en algo como es el cine, es difícil que te sorprendan, que te pillen con la guardia baja, que sientas como impagable el momento de estar asistiendo a algo nuevo, único e irrepetible.

Ay, el no saber...

Es cierto que las dinámicas han cambiado y en mi caso está clarísimo.
No sé si es cuestión de épocas o de tipo de espectador, pero hay quien va al cine y quien va a ver películas.
Yo soy de los segundos.
Me encanta el cine como ritual (de eso -también- hablo en estas entradas) pero soy mucho de ir a ver una película en concreto por circunstancias concretas.
Hay que elegir.
Demasiado por ver, poco tiempo y necesidad de elección.

Con "Las consecuencias del amor" no ocurrió exactamente así.
Madrid, diciembre de 2005. Frío en las calles y consumismo en las aceras y las tiendas. 
Bullicio, gentío y multitudes, ríos de gente.
Parado enfrente de un estante de DVDs en una conocida tienda de la capital escucho, casi sin querer, la siguiente conversación:

- He visto "Las consecuencias del amor", me ha encantado. Me ha sorprendido...

Y ya no quise escuchar nada más.
Miré el reloj, vi que eran las siete y me dirigí a los cines en versión original.
Así fue.
Llamadlo intuición, aburrimiento o que no sabía qué película ir a ver esa tarde, pero así ocurrió y viví, palabra por palabra, los comentarios que había escuchado en aquella tienda.
Acabé en los Princesa, donde me encontré con un cartel extraño y el pasillo libre para comprar la entrada.

Había mucha menos gente en el cine que en la calle. La navidad en Madrid es lo que tiene. Me permití el lujo de sentarme bien cerca de la pantalla -manías adquiridas con el tiempo- y esperé que las luces se apagasen.

Y entonces surgió la magia.
Una historia difícil de situar, unos personajes desubicados, un ambiente irreal y fantasmagórico, los secretos que recorren la historia... 
Todo era nuevo: la mirada del director, el eclecticismo de la banda sonora, determinados e increíbles movimientos de cámara.
Aunque algo había que me subyugaba por encima de cualquier otra cosa.
El personaje.
Titta, el personaje interpretado por Toni Servillo, canaliza con su fuerza y su misterio toda la película. Su mirada, su soledad, su presencia, su no-vida, su apatía y sus secretos te cogen, te atrapan y no hay manera de que te suelten.
Un gran personaje (que se lo digan a House) te salva una historia entera.

Puede que sea cierto lo que dicen de este largometraje italiano. Que si es dos películas en uno, que si cierta pretenciosidad, que si patatín.
No voy a negarlo.
Pero cuando tras los títulos de crédito las luces se encendieron y el elogio final del protagonista a la amistad verdadera aún retumbaba en la sala, yo me sentí pleno, feliz y emocionado de haber viajado en esta historia de soledad y redención.

Y no.
No me pidáis que os cuente de que va, porque eso sería pecado mortal.
Hay que verla en la ignorancia, dejarse sorprender y disfrutar del no saber aunque sea por una vez.

Yo ya no puedo...

martes, 20 de octubre de 2009

Pájaros XIV













(para qué escribir más, si puedo escribir menos...)

lunes, 19 de octubre de 2009

La penumbra, un piano, silencio, la música







Hoy he estado escaneando negativos y he descubierto pequeños tesoros escondidos en fundas de plástico.
Hoy me he reencontrado con el Formato Medio y algo -pequeñito pero con fuerza- se ha encogido dentro de mí.

No es ya la discusión de calidad, practicidad o megapíxeles, que todos podemos estar más o menos de acuerdo.
Se trata de otra cosa.
Yo hablo de lo intangible...
Se podría hablar propiamente de la profundidad del negro, de la textura, de esa manera de recoger la luz... Pero aún así yo voy más allá. Se trata de algo táctil pero etéreo. Hablamos de una cuestión de sentimiento. 
De sentido y de sensibilidad.

Algo hay en el Formato Medio que enamora. 
Lo artesanal, lo meticuloso, la paciencia... Es otro ritmo, otro concepto, otro todo.
Quizá pertenezca al pasado pero aún conserva un pequeñito hueco en nuestro presente.
Es ese rinconcito olvidado que aunque parezca que lo hayamos olvidado sigue ahí, esperándonos, sintiéndonos, queriendo encontrar el momento adecuado para el reencuentro.

Y es lo que he dicho al principio: hoy me he reencontrado con el Formato Medio. 
Sí, ha sido hoy.

Había en esos negativos un ensayo de un pianista de jazz, Toni Heimer, que pertenecía al "Amelia Bernet Quarter" y que actuaron aquí en Melilla en 2005, durante las IX Jornadas de Jazz que organizó la UNED. 

Algo hay en estas fotos de ese ambiente que se respiraba en el escenario casi vacío de la UNED. 
Toni concentrado con sus gafas oscurísimas enmedio de la penumbra, acariciando lento el piano y haciendo nacer de la nada unos sonidos envolventes.
A veces silencio, a veces música.
Y yo, pobrecito de mí, intentando a duras penas capturar el instante, ese momento.

domingo, 18 de octubre de 2009

Mañana empiezo XXXIII







Diga treinta y tres.

Como quien no quiere la cosa (y no, yo no quiero) los días van pasando.

Hoy me ha pasado una cosa curiosa con esto del Internet. 
Ayer, que estuve dibujando, terminé mis tiras de "mañana" a la espera de publicarlas hoy. 
Con un día de adelanto, todo un récord.

La cosa ha ocurrido al intentar publicarlas esta tarde. 
He intentado subirlas cuatro veces y no había manera. Vale que he reiniciado el ordenador y entonces sí he podido (a las pruebas me remito) pero en ese ínterin absurdo del reinicio me ha dado por preguntarle a mi ordenador: ¿De verdad son tan malas?

Y es que si te pones a pensar no había una razón lógica para que no se subieran. 
Y es entonces cuando uno se imagina a tres chinos (no me preguntéis por qué, pero siempre hay tres chinos) dentro del ordenador diciendo: estas sí, estas no.

Y por un lado entiendo que es una cosa de criterio, pero por otro no lo entiendo, ya que por muchos estudios que tengan esos tres chinos son un poco incongruentes, porque la semana pasada, sin ir más lejos, dejaron que publicase otras tres que -sencillamente- no eran mejor ni peor, eran lo mismo.
Lo mismo de siempre.

Así que sí, ha debido ser esta última digresión sobre la arbitrariedad de sus criterios, lo que ha hecho que los tres chinos, benévolos aunque algo enfurruñados, hayan permitido su publicación in extremis.

Y no, no son tan malas.
Son nada, eso sí.

sábado, 17 de octubre de 2009

Descansar de la exigencia











Hoy me he pasado el día dibujando.
Ay, qué bien.
No sólo las imágenes que aquí muestro (hay más que todavía no puedo desvelar) pero estas cinco incluidas.

No tengo vergüenza. 
La vagancia me lleva a unos extremos insospechados. Y es que ya, por no escanear los dibujos, le echo unas fotos y las vuelco directamente al ordenador.
Más fácil, más rápido.

Son cinco figuras de personajes solitarios que rebuscan dentro de sí mismos. 
Que si rascan la luna, que si señalan con el dedo, que si bailan, que si recogen flores para quién sabe.
Son dibujos entre paréntesis. Dibujos de tiempos muertos que trazan lo ya sabido, lo conocido, lo de siempre. 
Dibujos estos que me permiten descansar de la exigencia, me permiten distraer al tiempo y abstraerme de las obligaciones, siempre tan pesadas.

Hoy me he pasado el día dibujando.
Más cosas han ocupado mi tiempo y ya ni me acuerdo.
Qué falta hacía.

viernes, 16 de octubre de 2009

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que el mundo no es redondo sino plano VIII



050) Llámalo intuición femenina.

051) Porque Galileo cruzaba siempre los dedos cuando hablaba en público.

052) Porque el primer regalo que Jesucristo pidió a los Reyes Magos fue una bonita y reluciente apisonadora.

053) Por...tugal.

054) Porque me he prometido a mí mismo que buscaría trescientas sesenta y cinco razones, y algunas -sólo algunas, como esta- me las estoy inventando por la cara.

055) Porque la vida se extiende por la tierra, nunca, nunca, se desparrama.

056) Porque la trama Gürtel está arrasando con todo, hasta con lo poquito que quedaba curvo...

jueves, 15 de octubre de 2009

Vecinos



"Vecinos" es el primero de los cortos de una trilogía de comedia que hicimos los de Yaumate
Enero del 94, quién lo diría, quince años nada menos son los que nos contemplan.

A la espera de que Pelu los vaya colgando en la web me permito tomar algo de delantera y os iré enseñando en este blog algunos de los trabajos que hicimos en aquella época.
Ya mostré un cortometraje anterior, "Los recuerdos siempre son engañosos", y alguno más irá cayendo seguro por estos lares.

Hay cosas que saltan a la vista: Éramos más jovencitos y se ve, algo más de pelo (en mi caso más largo) qué duda cabe, más ingenuos probablemente, aunque esto último no se notase tanto en el registro de la cinta de súper VHS.

Pero ahora que lo pienso, y probablemente sea la primera vez que he caído en ello, con "Vecinos" nos hicimos mayores.
No sé cómo explicarlo pero creo fue sin duda nuestra obra más redonda hasta la fecha. Cuestión de ritmo, desarrollo narrativo y sencillez en las resoluciones.

(Sí, es verdad, sólo fallaba mínimamente la duración de la canción con la historia, cosa que Pelu ha arreglado y encajado perfectamente en esta revisión de montaje).

De verdad, no sé, pero le tengo un cariño muy grande a este corto. 
Pese a lo de siempre -medios limitados fundamentalmente- funciona con mucho orden, coherencia, y hasta dura lo justo cuando siempre se tiende a pasarse.
Y es que encima es una comedia.

Me hace gracia como hace poco escribía que en el decálogo del cortometrajista estaba el no empezar un corto con un despertador que suena y el protagonista en la cama. 
Comentaba que mis dos últimos audiovisuales habían comenzado así (no hace mucho Pelu también se reía al decirme que la nueva idea con la que estaban trabajando tenía ese principio) y resulta que en este cortometraje tenemos una muestra más.

Sí, es verdad, "Vecinos" empieza en la cama...

Aunque, si tenemos memoria y somos sinceros, para nosotros este corto comienza realmente en una habitación, en una habitación muy especial donde gastamos muchas tardes de risas y de compartir. De compartir música, pipas, charlas, pelis, proyectos y algo tan sencillo como ahora añorado: tiempo. 

Sí, era otra época.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Pájaros XIII









Algo de cariño tengo por los pájaros, eso es cierto (aunque sin los esquizofrénicos del protagonista de esta historia).

Me gustan porque vuelan, me gustan porque me ofrecen sin que yo se lo haya pedido esa sensación de libertad, me gustan porque me gustaría tener pico en vez de boca, me gustan porque no se dejan coger y por veinte mil razones más.

(Mira, cuando acabe las del mundo plano, escribiré "365 razones de por qué me gustan los pájaros"...no, no, es demasiado fácil).

El caso es que otra de las razones por las que me gustan es porque migran.
Porque cogen y se van.
Porque abren sus alas y desaparecen (aunque no para ellos, claro).

Lo que no tengo tan claro, si yo pudiera migrar cada año, es que me fuese volando siempre a buscar el verano y los climas cálidos.
Y es que me gustan los pájaros, sí.
Pero me encanta el frío.