miércoles, 14 de octubre de 2009

Pájaros XIII









Algo de cariño tengo por los pájaros, eso es cierto (aunque sin los esquizofrénicos del protagonista de esta historia).

Me gustan porque vuelan, me gustan porque me ofrecen sin que yo se lo haya pedido esa sensación de libertad, me gustan porque me gustaría tener pico en vez de boca, me gustan porque no se dejan coger y por veinte mil razones más.

(Mira, cuando acabe las del mundo plano, escribiré "365 razones de por qué me gustan los pájaros"...no, no, es demasiado fácil).

El caso es que otra de las razones por las que me gustan es porque migran.
Porque cogen y se van.
Porque abren sus alas y desaparecen (aunque no para ellos, claro).

Lo que no tengo tan claro, si yo pudiera migrar cada año, es que me fuese volando siempre a buscar el verano y los climas cálidos.
Y es que me gustan los pájaros, sí.
Pero me encanta el frío.