domingo, 8 de mayo de 2011

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que 1+1 no son 2 (XVIII)


120) Porque es imposible sumarle una caña de cerveza a otra caña de cerveza. Una caña de cerveza más otra caña de cerveza es igual a otra y otra y otra y otra.
Y entonces bailas en las barras de los bares, declaras tu amor eterno a la camarera más sexi, gritas "abajones calzados" mientras escandalizas al público, te abrazas a las estufas y el equilibrio del universo peligra, preguntas a Mike Tyson si sus pectorales son implantes, llamas a tu primera novia que vive ahora en Alhama de Almería para preguntarle si llueve, o besas a un municipal en la mejilla y le pides por favor que te lleve a casa del Bom.
1+1=1+1+1+1+1+1+1+1+1+1+1+1+1+1...

121) Porque es imposible sumar infinito más infinito.
Hay gente que puede, pero yo no.
Y no es porque también dé infinito, que eso todo el mundo lo sabe, es porque infinito en realidad es un ocho tumbado.
Así, para sumar infinito más infinito, te tienes que poner en horizontal, te tienes que voltear como se voltea el ocho. Y no vale en una cama. Tienes que girar sobre tu propio eje y flotar paralelo al suelo.
Hay gente que puede, pero yo no.
Sumar infinito al infinito -como hacer el amor y volar- o es muy difícil o es imposible.

122) Porque es imposible sumar tus pensares.
Y es que yo no dejo de pensar en ti. Un pensar en ti más otro pensar en ti es imposible. Un pensar en ti es un no parar: un recordar los semáforos en rojo, los multicines de versión doblada, el sudor, las bibliotecas municipales, temblores de rabadilla, las mesas boca abajo y el teléfono entre las manos.
Un pensar en ti es un no parar glorioso e infinito.

123) Porque es imposible sumar si no sabes.
Crisantemo Rodríguez nació en el campo de padre cabrero y madre esquiladora. Nunca hubo un libro en casa que no se utilizase para calentar las manos en las más crudas noches de invierno, y las únicas historias que Crisantemo conocía eran las que habitaban en las canciones con que su madre lo adormecía, y las que le contaba Miguel, el pastor amigo de su padre.
Nunca fue a la escuela, nunca supo contar. Eso sí, Ramona, Nieve y Pintamona nunca se le escapaban, por mucho que estas cabras pastaran libres por los campos de Don Manué.

124) Porque es imposible sumar 1 más uno cuando llueve, y caen gotas del cielo del mismo color, de la misma intensidad y del mismo grosor que los unos de nuestra suma.
Entonces la lluvia me confunde.

125) Porque es imposible sumar y no echar gota.

126) Porque es imposible sumar una cachuchá más una cachuchá si no eres de Málaga.
Es más, aun siendo de Málaga es una jartá de difícil sumar una cachuchá más una cachuchá, porque puede que las dos cachuchás tengan lo mismo, pero lo más probable es que no.

P.D. Y si encima la cachuchá está esfarriá en lo alto del pollo de la cocina, entonces la suma no es imposible, es lo siguiente.