miércoles, 26 de enero de 2011

Historias del otro lado XVII



No hay que buscar, mucho mejor encontrar.
Y cuando aparecen las cosas, hacerse el despistado...
Si uno supiera silbar, la vida sería perfecta, con las manos en los bolsillos y la mirada perdida.

Mientras esto pasa, lo mejor es dejarse caer por las esquinas, y esperar...
Y no hay más.