A los pájaros mentirosos en vez de la nariz les crece el pico, y así pueden dar hermosos besos en una distancia que en muchas ocasiones se hace real más que inventada.
Luego la lluvia caerá al revés o los vuelos serán de mentira, pero el tacto de un pico que rompe el aire luchará siempre por esa cosa tan rara y ambigua que es la perdurabilidad.
Y si no la consigue, que por el intento no quede.