Cuando se mezclan los aromas del último con los del próximo.
Cuando se confunden las ganas con el recuerdo, la inquietud con la satisfacción.
Los viajes siempre andan diluyéndose entre sí, recién terminado uno se busca inevitablemente el siguiente y, cuando éste está a punto de llegar, lo anteriormente vivido reaparece a flor de piel.
Y así hasta el infinito...
Vistas, cementerios, museos, rincones, catedrales o árboles.
Y la luz al final del paisaje.