jueves, 28 de julio de 2011

De bomberos XXXVI



Los bomberos viajan por avenidas vacías y se inventan un poema:

El silencio inunda el asfalto
con sus semáforos en verde,
con sus aceras despobladas.

Para ellos no es difícil mantener esa escalera en pie. Las avenidas están llenas de historias. Lo que no saben es que siempre, un poco más lejos, se junta el tumulto en improvisada fiesta.
Hay carricoches, tragasables y polvaredas. Hay membrillos en flor, niños manchados de helado, huellas en el asfalto.
Ellos piensan:

El coche se para,
la carretera desaparece.

mientras la algarabía se muestra al doblar el sueño.
Nunca hay que subestimar las curvas si tras ellas se encuentra el misterio. Así que antes de partir cogen su libretita

No hay nadie tras tu máscara,
tan solo un grillo
que perturba mi siesta.

y el semáforo se vuelve ámbar.