197) Porque estaban Dios, Jehová y Alberto de Mónaco en una playa de Barbate, a las siete de la mañana, un poco perjudicados después de una noche de farra con unas rusas de dieciséis años.
Ellas ya se habían ido a dormir a su apartamento en Benalmádena con el dinero que Jehová les había dado para el taxi.
Alberto, aburrido mientras espera que su servicio secreto le informe de dónde carajo se pueden comer en Barbate unos churros en condiciones (aunque sea consultando en Google Maps), se pone a contar para pasar el tiempo: Que si los chinos de la arena, que si los restos de berberechos en una pota del suelo, que si las amapolas que vuelan entre las gaviotas...hasta que le llega el turno a sus compañeros.
Y entonces se da cuenta.
No se puede sumar a Dios y a Jehová.
No se puede.
Si dices que son 2, igual ofendes a alguna religión que dice que son lo mismo, si dices que es 1 otro tanto, y para colmo ha sido Jehová el que ha pagado el taxi.
1+1= un respetuoso silencio, y marchando una de churros.
198) Porque en diferentes idiomas distintos al español (¿por qué no hablará todo el mundo igual?, ¿no sería todo más fácil?), en diferentes lenguajes, donde nosotros decimos "más", ellos lo traducen como "plus", y eso no es sino signo inequívoco de que todo les da igual.
- "¿Cuánto es 1+1?"
- "A mi plus"
- "Pues a mí plin".
- "Pues hala, 1+1= la Capilla Sixtina recreada por los Pitufos en Pitufolandia".
199) Porque yo, siguiendo los preceptos conversos de Latoya Jackson, hago caso hasta el extremo de la expresión "tú suma y sigue", y de esta manera:
1+1=2, no a 3, no a 4, no a 5, no a 6, no a 7, no a 8, no a 9, no a 10 no a 11...
200) Porque no se pueden sumar 1+1 si no es en términos estrictos de paridad.
Queda terminantemente prohibido sumar un zapato a un zapato o una naranja a una naranja, sino que deberemos sumar un zapato a una zapata y una naranja a un naranjo.
Es cierto que se han detectado efectos surrealistas en los resultados de dichas sumas, pero en seguida ha venido un sumo y nos ha aplastado con una llave típica de Osaka.
201) Porque Phileas Fogg hizo la vuelta al mundo mientras sumaba 1+1, y cuando llegó se dio cuenta que había ganado un día de más, así que le salió 3.
202) Porque Hermes Márquez nació ciego desde su nacimiento, allá por 1534. No tuvo lazarillo ni hacienda, y malvivía sus días postrado en la esquina de la calle Ancha de Torrelavega de Osorio en espera de un pan que aliviara su hambruna.
Nunca tuvo nada el bueno de Hermes, si exceptuamos un nombre de Dios que de poco le valía pues nada de mensajero tenían sus días, ni siquiera los sueños que se colaban entre los adoquines de Osorio.
Hermes no podía vivir sin su bastón, pues estaba solo en la vida, así que contar resultaba muy difícil.
Si hubiera tenido las dos manos sueltas, robar en los mercados y disfrutar en los burdeles habría tenido sentido, pero con un bastón en la izquierda todo era más difícil, así que cuando quería contar, a Hermes, el mendigo ciego, la suma siempre le salía 1.
203) Porque el piloto de Fórmula Uno Paul di Resta hace honor a su apellido y no suma, resta.
Que se lo digan a su escudería Force India.