Si es que por no haber puede que no haya ni viñeta...
Claro que para no tener ni viñeta, como ya digo, lo mejor es camuflar la nada entre la oscuridad y el vacío.
No es tan difícil, ya os lo digo yo...
Mientras tanto unos rodajes apagados y teléfonos del pasado nos acompañarán en este domingo de viñetas ausentes.
Y si las viñetas escapan, malandrinas, no seré yo quien corra a por ellas.
Ya se cansarán y volverán cuando haya sed...