domingo, 18 de agosto de 2013

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que los mayas tenían razón y el fin del mundo llegó el 21/12/12 (XXXIII)


225) Porque el fin del mundo se puso a jugar al escondite con Eva, Marta, Julia y Antonia, una calurosa tarde de verano del 2012, con la esperanza que los mayores se levantaran de la siesta y les dijesen que la digestión había terminado y podían bañarse en la piscina.
Tanto se escondió el fin del mundo que sus amigas, perezosas e inconstantes, se pusieron al rato a jugar con la Chabel de la bici y se olvidaron hasta de las galletas Fontaneda de la repisa de la cocina.
Para cuando el fin del mundo salió de su escondite, allá por diciembre y con el bañador todavía húmedo, tenía un humor de perros y un me consumo en mi esencia de muy señor mío.

226) Porque el 1 de enero de 2012 hubo un concurso de saltos, entre Godzilla, Chiquito de la Calzada y el fin del mundo, para ver quién legaba más lejos.
Godzilla no saltó y se comió al jurado con tres bocados mal contados.
Chiquito dio ese semipaso tan característico suyo, que de haber habido jueces se lo habrían medido como quince centímetros.
Y efectivamente ganó el fin del mundo, que saltó sin esfuerzo y llegó hasta el 22 de diciembre, récord de su categoría.

227) Porque Carmina Belmonte se comió una galleta Oreo sin abrirla ni lamer la parte de nata. Hubo una reunión de un tribunal de especialistas en conductas intolerables, y su sanción -aunque a muchos pueda parecer que cargarse el mundo solo por eso era desproporcionado- entraba dentro de la legalidad y se cumplió a rajatabla.

228) Porque el fin del mundo era drogadico: tabaco, jagermeister, páginas erótico festivas, panteras rosas para desayunar y literatura escandinava eran sus adicciones más reconocidas.
Y quiso dejarlas todas de golpe.
Y no se puede.

229) Porque Efrén Martínez, oftalmólogo de profesión de apenas 32 años no veía a su mujer por mucho que ésta estuviese delante, mirándole con esos ojos de amor entregado, acelgas y parques al atardecer que tanto gustaban a Esteban el tendero.
Efrén se pasaba el día en la consulta, con revistas pasadas de moda sobre decoración de interiores,y cuando llegó el mundo para una revisión rutinaria el licenciado triste le espetó: diga 33.
El mundo, no dando crédito a lo que veía y sabiéndose hipermétrope, decidió operarse de las amígdalas sin anestesia ni seguro.

230) Fantaseando Imanes Neófitos del Mañanero Urinario Naranja De Oslo

231) Porque al igual que hay otros mundos pero están en este, hay otros finales del mundo, pero están en la entrada de la próxima semana.