El domingo parece ser ese día que se juntan en el aire del atardecer las ganas de no perder el merecido descanso con las promesas de constancia y actividad para la semana que se avecina.
Y así, con esa caricia sutil, surgen estas tiras.
Con mucho de sueño, algo de ilusión, cierta constancia y ninguna vergüenza.
Añádase en la coctelera las pocas ganas de madrugar y tendremos una definición del domingo mejor que la de la RAE.