La cara oculta de la luna es el sitio ideal para que se vaya de veraneo la mano indolente y vaga.
Un lugar para descansar de no hacer nada, y relajarse del estrés que produce la inactividad prolongada y galopante.
También, ahora que lo pienso, es el sitio ideal para las caricias...
Y de los recibos, las domiciliaciones y de llorar negro, ni hablamos...