Viendo aisladamente los planos de mi nuevo cortometraje, "Bartolomé contando", que se estrenará -como viene siendo habitual- en la octava edición de Cortos de Vista, me fijo especialmente en sus fondos, esos escenarios donde se recrea la acción.
Alguna vez lo he dicho (y no hace falta ser muy sagaz para darse cuenta de que es así), que yo en realidad no hago cortometrajes de animación, sino más bien historias con dibujos.
En este caso, lo podíamos también llamar algo así como un "poema ilustrado", pero es cierto que la animación, los dibujos en movimiento, son más bien escasos.
Pero sí que me doy cuenta que, pese a lo limitado de esa animación, los escenarios donde se desarrolla la acción, cuanto más elaborados, menos se aprecian en el discurrir del cortometraje.
Son los personajes que habitan esos escenarios, la propia historia, los diálogos y la música, los acercamientos de cámara y la propia e inflexible duración de los planos, los que hacen que se pierdan una infinitud de detalles que uno ha podido ir elaborando, en el dibujo del fondo, con paciencia y dedicación.
Por eso aprovecho en esta primera entrada previa al cortometraje para mostrar parte de esos escenarios, de esos espacios vacíos de gente e historias, vacíos de Bartolomés y cuentas, vacíos de poesía y movimiento.
Habrá más entregas.
Para ver el cortometraje tendréis que esperar -no podía ser de otra manera- a su estreno en Cortos de Vista.
Y después aquí, pero eso será ya el año que viene...