Un pequeño recordatorio del País Dogon y las pinturas que decoraban sus recovecos.
Unos simbólicos rojo, blanco y negro dominaban las escenas.
El carácter africano, la fuerza y el poderío de su trazo, la contundencia de las composiciones, el marco de piedra y barro que las ofrece. Todo estaba presente a cada paso.
Y la Falla de Bandiagara, que todo lo acoge.