Habrá que soñar pues, en estas vacaciones de las vacaciones.
Habrá que volar, viajar y parar un poco.
Habrá que dejarse llevar por el ritmo de la seda, por la levedad de los hoteles, por los ritmos distintos que se estancan en el aire.
Habrá que dejarse.
Sin más.
Volveremos pronto.