Tres horas antes de partir a Uzbekistán, una amiga me regaló esta postal. La había encontrado esa misma mañana en una tienda de cosas pop.
Ayer, sin ir más lejos, tuve un rocambolesco encuentro con dos chicas uzbekas en la estación de autobuses de Nerja.
El mundo es absurdo.
Entre medias de estos dos hechos aparentemente sin conexión, durante el mismo viaje, tuve la oportunidad de escribir una especie de contra crónicas, también absurdas, que fui subiendo a Facebook.
Aprovecho hoy para recopilarlas en un solo tomo y mostrarlas tal y como se publicaron, con el límite de 500 caracteres cada una, aunque añadiendo los acentos que con el teclado cirílico no pude incluir.
Mitad verdad mitad mentira, como un viaje es, son simplemente reflejo del momento.
Pero cómo me divertí haciéndolas.
Día 4 (8/8/11)
En el personaje uzbeko se mezclan a la perfeccion la tradición rusa con la musulmana, de manera que ahora, en pleno Ramadán, solo beben vodka.
Día 5 (9/8/11)
La mujer que regenta mi hotel es exactamente igual que Carmen Matji, solo que maquillada y vestida al modo tradicional uzbeko...
Queria imprimir una foto de la actriz española para regalársela, mientras fantaseaba ingenuo con que acabaría siendo recordado como el que hermanó las ciudades de Samarkanda y Villaverde Bajo...
Yo ya me veía Cónsul, pero aquí no tienen impresora...
Día 6 (10/8/11)
Si habéis viajado por Marruecos sabréis de que hablo: en aquel país, si entráis en una pastelería, podréis disfrutar del fascinante espectáculo que suponen las vitrinas llenas de los pasteles mas ricos junto a un infecto enjambre de abejas que pululan alrededor.
Pues sabed, amigos, que hay un país que lo supera. Solo que aquí, las hormigas, moscas, avispas y abejas que pululan a mi alrededor no buscan dulce o almibar...es grasa.
Lo que buscan es la grasa que rebosa en cada comida uzbeka...
Día 7 (11/8/11)
Al visitar un monumento en Uzbekistán, como en cualquier otro lugar del mundo, hay que comprar el correspondiente ticket.
Si quieres hacer fotos, debes pagar un suplemento.
Ayer, paseando por el impresionante cementerio de Shah-i-Zinda, me he percatado del agravio comparativo con mis amigos poetas -tantos poetas- que podrán escribir los versos mas hermosos a la sombra de una Madrasa sin necesidad de que un policia sudoroso le pida constantemente el correspondiente poem-ticket.
Día 8 (12/8/11)
Un viaje en taxi compartido aquí en Uzbekistan, sin embargo, es practicamente igual que en Marruecos...los mismos mugrientos olores, el mismo calor infernal, la misma aglomeración infame de gente dentro del taxi, la misma forma suicida de conducir buscando el hueco y con velocidad extrema, las mismas carreteras pésimamente asfaltadas y...y la misma pero que misma sensación, camino de Sharisabz, de saberte plenamente vivo y feliz allá adentro...
Día 9 (13/8/11)
Cuenta una leyenda uzbeka como un rico mercader cayó en el estanque de Lyabi Hauz y no sabía nadar.
La gente del lugar, pobre y humilde, trataban de salvarlo gritandole: "¡Dame tu mano!" pero no habia manera.
En esto llego Nasderin Agandi y les explico: Un rico NUNCA os dara nada, si quereis salvarlo, la unica manera es gritarle: "¡Toma mi mano!" y veréis qué pronto se agarra.
Ricos y pobres, ah, esa historia sí que es universal...
Día 10 (14/8/11)
Aparte de en la arquitectura, la herencia sovietica se plasma, sobre todo, en el control sobre el individuo.
Aquí el turista debe conservar rigurosamente todas las facturas de hotel, billetes de tren y demas tickets, que le serán requeridos a su salida del país.
Incluso al entrar hay que declarar cuanto dinero llevas, y bajo ningun concepto salir del país con más.
Así que lo siento, loteros uzbekos, no pienso comprar ningun boleto, vaya a tocarme y entonces sí que maldita sea mi suerte.
Día 11 (15/8/11)
Manolo me dijo que no me preocupase por no hablar uzbeko, que aquí todos hablan ruso.
Bien.
También dijo que si bien casi nadie habla ingles, no es problema pues entienden el turco.
Eso tranquiliza.
Será por eso que en el trayecto Bukhara-Khiva, al ver que mi taxista solo hablaba tadjiko, me he puesto a contarle, durante las 9 horas de viaje, todos mis problemas, todas mis historias...al fin y al cabo se reía y me decía a todo que sí, con lo que salía más a cuenta que mi psicoanalista uruguayo.
Día 12 (16/8/11)
Curiosamente, el 1 de septiembre se celebra el 20 aniversario de la independencia de Uzbekistán, todos bajo el mandato del presidente Karimov.
El viaje se acaba y yo ya no estaré, aunque varios ministros del presidente me han llamado para pedirme que me quede, que habrá una gran fiesta con serpentinas, vodka, mediaslunas y que hasta igual viene Borat.
Yo les he dicho que no, que tengo una nueva vida que empezar en Córdoba, y que aunque no se lo crean, los muebles de IKEA no se montan solos.
Día 13 (17/8/11)
Recuerdo que tiempo ha tuve ofertas editoriales para publicar una guía de mis viajes. Estuvimos de acuerdo en llamarla LONLEY JUANRA, aunque para el subtítulo barajamos dos opciones: ORDENADO Y UN POCO GUARRILO, bastante descriptivo, y CON LO MARRÓN PATRÁS, que hablaba a las claras de la reutilización de la ropa interior tras 30 dias de viaje.
Pero ya no soy ese.
Ahora viajo con Ray-Band y con mi Mandarina Duck, y solo aceptaría como subtítulo DESDE TOMBUCTÚ A SAMARKANDA SIN SALIR DE ALMAYATE...
Día 14 (18/8/11)
Lo mejor de viajar solo por un país que no conoces es PODER MENTIR. Inventarte una vida, fantasear y que no importe.
Pero el viaje acaba y toca pedir perdón:
Amigos uzbekos, no vivo en Japón ni tengo 34 años.
Nunca viajé en globo ni he nadado con delfines.
No desayuné con Zidane ni en Nepal hay un monte con mi nombre.
Dejadme sin embargo que para compensaros le diga a mi primo, el astronauta del trasbordador espacial, que dibuje un tirabuzón entre las estrellas con medio mortal carpado...