domingo, 20 de octubre de 2013

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que los mayas tenían razón y el fin del mundo llegó el 21/12/12 (XLI)


281) Porque el fin del mundo escribió, torpe y con prisas, mal un whatsapp que resultó definitivo.
Iba a escribir un clásico punto y coma con un cierra paréntesis, pero se le fue el dedo, tan gordo que lo tenía, y puso un dos puntos abre paréntesis.
Enviar.

282) Porque entre Universos, cuando se está borracho, es normal, en vez de jugar a Guillermo Tell como todo el mundo, taparse los ojos frente a un ordenador y escribir: delete *.*

283) Porque Venus quiso entrar en el libro Guiness de los Récords, usando la goma más grande del Universo.
Tom Walker y Marissa Mynrall, miembros del jurado nombrado a tal efecto, se desplazaron de Iowa para ver no sólo cómo Venus cumplía con todos los requisitos impuestos por la editorial, sino para comprobar cómo aquel planeta sensual se cargaba la Tierra, se cargaba Iowa, y se cargaba la posibilidad de que aquel libro volviera alguna vez a estar en las estanterías de la única librería de Benamargosa. Pero firmaron el OK con un boli del Carrefour.

284) Porque la Tierra cerró los ojos mientras iba conduciendo por la carretera nacional que une Manzanares y Ocaña. Fue un cerrar un poco y ya está, un micro segundo, que estoy cansado, los cierro y no pasa nada, sí, ya ves que no, que no pasa.

285) Elefantes Luxemburgueses Fagocitan Itinerarios Nauseabundos DEL Malogrado Ungüento Neozelandés Desperdiciando Otros.

286) Porque una araña del Orinoco fue llevaba en secreto por cuatro cuáqueros a la Comunidad Autónoma de Extremadura para ser criada en la libertad salvaje que da la sequía.
Encontrada casi deshidratada por una manada de lechones, fue alimentada y educada en la más estricta disciplina lechón, que sólo dejaba libertad en la interpretación de los escritos de Hegel.
Nadie, ni los más tiernos de sus hermanastros, podrían haber previsto lo que ocurrió su primer día en la Universidad en Badajoz. Y es que la araña, consultando en Internet una información sin importancia, le dio a la tecla Intro a la vez que el veneno de su pata se introducía en el teclado, infectando de inmediato a la población mundial y generando una pandemia que llevaría al desastre.
Ella, la araña, dijo oink, oink, como pidiendo disculpas, pero ya era tarde, lo menos las 23:48.

287) Porque el fin del mundo, si le dices ven, lo deja todo.