sábado, 5 de octubre de 2013

365 irrefutables razones que nos llevan a pensar que los mayas tenían razón y el fin del mundo llegó el 21/12/12 (XXXIX)


267) Lampedusa

268) Porque ya lo cantaron REM mucho mejor de lo que yo arrastro razón a razón, decena a decena, centenar a centenar. This is the end...

269) Porque al Robot GH-T45GV49853, también llamado el cachorobot de los grandes, le gustaba lanzar a sus archienemigos piedras con tirachinas. Tan grande que era el robot que los planetas apenas si encontraban acomodo entre las tensas gomas de su mortífera arma.
Y la Tierra pereció a la velocidad del vértigo, orgullosa eso sí de haber creado un chichón en el facineroso Doctor UJMK-735.

270) Porque cuando Alberto, el padre de Dios, le dio a elegir el material con que crear la Tierra sus opciones fueron:
a) arroz, sémola, y chinchetas
b) tierra, salchichón y perdigones
c) metacrilato, espelta y hormigón armado
Dios, que estaba mandando un whatsapp a un colega del curro, dijo la b) por aquello de la tierra, sin pensar que el salchichón, por mucho que aguante entre perdigones, siempre siempre se acaba poniendo malo.

271) Estaciones Loables Frenan Indiscriminadamente Nueces DEL Mismo Universo Nervioso Díscolo y Ofrecido.

272) Porque Débora Kendrik Hanger no cupo en sí de gozo cuando al pasar por el parque de bomberos del Tesorillo, un joven bombero le regaló una sonrisa con brillo polarizado en los dientes, un abdominal perdido de azulejo y esmalte, un contoneo imaginado y sísmico, y un número de móvil disponible ya para bajar de iCloud.
Débora que todo lo devora cuando se enciende no tiene freno. Que se lo digan a Mercurio y que marte se vaya saliendo de su órbita si de aquí a tres meses quiere seguir perteneciendo a la Liga Liberal de Planetas.

273) Porque siempre hay lágrimas en el mar, pero un día hubo tantas que el mundo rebozó y se mojaron hasta las palabras, diluida para siempre hasta la palabra fin.