domingo, 3 de junio de 2012

Mañana empiezo CXXXIX
















Mesas que llevan cojeando desde que abril se escribe con hache, lápices tan pequeños que se pierden en los bolsos femeninos, folios arrugados que nunca se encestan a la primera, camas sin sueño, cielos sin ganas y manos que luchan entre ellas por ver quién tiene la culpa de la frustración que olvidaron ayer.
La goma sabe bien cómo terminar con todo esto.
Y deja su rastro.