miércoles, 9 de mayo de 2012

Pájaros, la intrahistoria

















Todo empezó así, más o menos.
Finales de los ochenta y muchas ganas de dibujar.
Una necesidad, una historia, y dejarse llevar.
No hacía falta más.
Empecé estas historias con ese formato (fondo blanco, gris de lápiz difuminado, formato vertical) y casi sin querer me encontré con cien.
Luego las abandoné. Metí aquellas historias en una caja de papel que me hicieron en la muy granadina "Papela" a su justa medida, y allí pernoctaron los pájaros unos cuantos años (bueno, si tengo que ser justo con mi memoria creo que a través de Paco se publicaron en una revista almeriense y, según me contó, empezó ya a tener sus seguidores...)

El caso es que cuando empecé con el blog, sabiendo que en aquella primera etapa subía sobre todo cosas ya hechas, llegó el momento en que le tocó el turno a estas tiras.

Cambié el formato vertical por uno horizontal de más fácil lectura y escogí un fondo de embalar verde como cielo para aquellos pájaros devueltos al aire.
Habían pasado veinte años, quién me lo hubiera dicho.
Pero claro, tras poner aquellas primeras cien tiras (las primeras veinte entradas) surgió sin querer la necesidad de hacer más, así que conforme veía cerca el momento de terminar de mostrar las de la primera época, empecé a dibujar, abocetadas, las historias que conformarían la prolongación.


















Pero luego aquello llevaba demasiado tiempo.
Demasiado.
Dibujar los bocetos, dibujar las tiras y ajustarlas a la plantilla que me había creado.
¡Era demasiado trabajo!
Así que decidí recopilar las historietas abocetadas que todavía no había publicado y "vi" las viñetas que necesitaría: Una con dos pájaros, otra con un único pájaro, otra con un hombre y un pájaro quieto, otra con el pájaro volando, etc.
Son estas:


















Nunca las había contado hasta ahora:
Son 44 viñetas.

Mi idea era que conforme las historias me pidieran más viñetas, las iría incorporando al elenco, pero fue al revés: fueron aquellas 44 viñetas las que me sugerían las historias.
Así que desde entonces (y como comprenderéis no tengo ninguna vergüenza en reconocerlo) no he vuelto a dibujar pájaros.
Ochenta entradas más tarde (unas cuatrocientas tiras) hechas sin necesidad de rotulador ni papel.

Y el procedimiento siempre es el mismo: Abro los dos archivos, me concentro en una de las viñetas (los dos pájaro, la mano) y de ahí surge la historia.
No hay más.
En la mayoría de los casos, apenas veinte minutos después de haber abierto esas viñetas, ya tengo compuestas las cinco nuevas tiras.
Si me pongo el martes a las 13:00, para la una y media ya están colgadas.

No hay más.
Cien entradas después, aquí el que no corre vuela...