lunes, 20 de octubre de 2014

La columna de Trajano












A vueltas con el desborde, la locura, el ansia, la vorágine y el exceso.

Este verano me encontré en Bucarest con un molde que reproducía trozo a trozo la columna de Trajano que se encuentra en Roma.
En el Museo De Historia de Rumanía, se halla esta reproducción que conmemora las victorias de Trajano frente a los Dacios.
Llevaba dos días en la ciudad y casi ni había sacado la cámara, pero fue encontrarme frente a tanta majestuosidad, tanto detalle, tanta historia entre la piedra que no pude evitarlo.

Desapareció el Museo, desaparecieron los otros visitantes, desapareció Rumanía entera. Empecé a sudar como solo la concentración te obliga y perdí la noción del tiempo, la del espacio.
De lo que ocurrió durante ese tiempo solo tengo respuesta por las imágenes que hoy reencuentro.
Testigo mudo que aquel momento hoy se vuelven a asomar entre la piedra, para recordarme que allí estaban, que aquí siguen.

Y al mirarlas quiero volver, sin darme mucha cuenta de que en realidad, mirándolas, allí que sigo.