jueves, 4 de junio de 2009

Color de agua inventada







Cuando los trazos de color se vuelven locos, lo mejor que puede hacer uno es acompañar gesto y osadía con muestras de sincera aprobación.
Lo que es dejarse llevar, vamos...
Si la marea de color puede con todo pues estupendo, que pueda
Siempre habrá líneas que se presten a tratar de contener o de marcar las fronteras del campo abierto, pero los colores sobresaliendo expanden, destruyen y desbordan todas las veredas posibles, uy ahí. 
Ellos se juntan y el agua inventada los mezcla.
El color elige su lugar liberándose de toda atadura. No sabe de sistemas de obtención y sí de rabia, intensidad, ternura, dolor, misterio, gritos y alegría. 
El color sabe.
No seré pues yo, con mis humildes pinceles de mentira, quien haya de llevarle en este caso la contraria.